Las cuatro torres

Hace poco Dolores, que cuenta sus salidas de casa por visitas a los médicos y manifestaciones, comentó que había ido a una de las torres del complejo administrativo 9, de octubre y se las había visto canutas para entrar.

Como si se tratara de la entrada a la cueva de los enanos, la entrada se componía de una puerta giratoria central y puertas a ambos lados. Dio por hecho que con la cabalgadura (silla de ruedas manual) no pasaba por la puerta giratoria; buscó con la vista una señal que le indicara la entrada alternativa para personas con movilidad reducida. Nada. Optó por dirigirse a una puerta y…. justo… la puerta estaba cerrada. Fue a la del otro lado y tiró de la manivela para abrirla y….. la puerta tiró para adentro. Un puto muelle; en una puerta de acceso para cascaos había un tirador mecánico para que la puerta se cierre.

A los cascaos de nos atribuyen poderes adivinatorios sobrenaturales. Cuando llegamos a una entrada por la que no podemos acceder, no hay indicación alguna de la entrada accesible. Para mí que eso lo estudian en la carrera; la escuela técnica superior de ingeniería tiene la entrada desde el Ágora mediante una escalera que da acceso al primer piso y nada indica donde está una accesible; la primera vez ejerces de cascao paleto, preguntando a todo el mundo por dónde puedes entrar. Daré una pista, se puede entrar por el edificio de al lado. Si no llego a tener poderes sobrenaturales….

Dolors intentó abrir la puerta, pero el muelle tenía mucha presión para ella y desistió; al primer “vertical” que tuvo a mano le pidió que abriera la puerta y la mantuviera mientras ella pasaba impulsando la silla con las dos manos. Si aguantas la puerta con una mano y con la otra le das a una rueda la silla no avanza en línea recta, da vueltas.

Intentó hacerse la “independiente” y “autónoma” en eso de tirar los restos para vencer a un medio arquitectónico hostil e ilegal. En las películas y las noticias aparecen cascaos que hacen cosas tremendas, para que todo el mundo se crea eso de “si quieres puedes” y diga algunas tonterías sobre el espíritu de superación, el esfuerzo y el sacrificio. Leches, si el 99’99 % no queremos hacer sacrificios. ¡¡Y menos que nos sacrifiquen!!

De todas maneras lo de abrir una puerta con tirador de cierre (muelle), un jinete de silla manual o banderillero muleteril (dos muletas) o mozo de estoques (un gallato), sería prueba estrella de “Humor Amarillo”. Aquel programa de japoneses dándose golpes con obstáculos insalvables.
Es un espectáculo ver llegar a un mazas-cascao, situarse a un poco de distancia lateralmente, para no interferir en el barrido de la puerta al abrirse. Una mano en el aro de la rueda para que la silla no se mueva, inclina el cuerpo hacia la puerta, la abre y arroja con fuerza para que le de tiempo a impulsar la silla con las dos manos y rápidamente poner la mano cercana a la puerta para evitar que se estampille contra la silla. Labor divertida que recomiendo para pasar una tarde. El superar la prueba debería ser requisito para recibir la titulación como arquitecto o aparejador.

Puestas así las cosas y dado de que dispongo de un 16 válvulas con aire acondicionado (silla de ruedas electrónica con respirador incorporado), cuando las condiciones fueron favorables y dispuse de Sherpa (persona de apoyo y empuje) me planté de cuerpo presente en el lugar de los hechos.

El viaje fue divertido, tres avemarías, un padre nuestro y un credo recé en el andén de la estación de Metrovalencia para que no se metiera una rueda en el hueco del andén-vagón y que de la sacudida no se desconectara el respirador. Al salir del ascensor en la parada de 9 d’Octubre me encontré con la plaga de bolardos que comenté hace poco.

El caso es que llegué a la primera torre y la entrada era tal como la había descrito Dolores, puerta giratoria al medio y dos practicables a los lados. Pero al acercarme me di cuenta de que había perdido vista; serigrafiado en las puertas laterales, sobre un fondo blanco apenas perceptible y alejado completamente de las de iluminación y visibilidad establecidas legalmente, estaba el perfil de la silla de ruedas del SIA (la silla sobre fondo azul). El muelle sí que estaba y supongo que la anchura de la puerta tendría los 85 cm de paso que tocan.

Las puertas de las entradas accesibles dispondrán de señalización e iluminación que garantice su reconocimiento desde el exterior y el interior.

Como pertenezco a la alta nobleza casqueril, y no puedo rebajarme a trabajar con las manos, pedí al sherpa que me acompañaba en la expedición que comprobara la resistencia del muelle, por ver si no superaba los 30 Nw que marca la ley. En un principio la presión no le parece grande, pero tengamos en cuenta que se trata de una puerta de aluminio y tiene poco peso, cuando le pones un tirador de presión a una puerta de hierro, con los 30 Nw ni se mueve para cerrarse y lo que se hace es aumentar la presión.

La cuestión radica en la dificultad para entrar por una puerta de cierre continuo por presión (muelle). Se visualizaría perfectamente si el que fuera primer español no se hubiera jubilado en el momento que había alcanzado la habilidad para el manejo de las muletas. Yo lo que me pregunto es el motivo por el que se ponen los muelles en las puertas. Se argumenta que es para que se cierren y no queden abiertas, argumento en deleble porque si una persona puede abrir una puerta…. Pues también puede cerrarla ¿o no? Lo que es una cuestión de civismo y educación, se convierte en una barrera para un colectivo. Porque vamos a ver: ¿Quién tiene un muelle en la puerta de su casa?

Valencia, 04 de septiembre de 2015

El primer departamento que se trasladó al complejo fue la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente. Girando visita inmediatamente el President de la Generalitat, quien destacó «es una ciudad administrativa al servicio de los ciudadanos de la Comunitat y es el estandarte de la nueva administración valenciana, más eficiente, próxima, funcional, moderna y accesible». El President era Arquitecto Técnico por la Universidad Politécnica de Valencia. Fuentes de toda solvencia aseguran que durante el traslado se extraviaron las carpetas que contenían la normativa de accesibilidad de la Comunidad Valenciana y que el hecho de que la Conselleria de Urbanismo se instalase en la última planta de la torre más alta impide ver los obstáculos que existen a ras de suelo.

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