Acceso a información y transporte

Si el movimiento asociativo del tercer sector constituye un matiz dentro de las instituciones políticas, las personas que prefieren la vida independiente, no representar a nadie y que su propia vida sea gestionada por ellos mismos suponen un matiz dentro del matiz. De este modo su fuerza para cambiar el estado de las cosas es muy pequeñita.

Cuando hacía frío, es decir más frío que ahora, es decir en invierno, alguien de la Junta de Andalucía vino a decir a un grupo de ciudadanos de Málaga que el metro debería ir por la superficie en el tramo de la Alameda a la Plaza de la Marina: eso es, el trozo de trayecto más visible y conflictivo de dicho medio de transporte. Se trataba del Delegado Provincial de la Consejería de Fomento y Vivienda y su voz plasmaba el conflicto existente entre las autoridades local y de la comunidad autónoma. Mientras que el Ayuntamiento aboga por un metro subterráneo, la Junta de Andalucía prefiere que discurra por la superficie.

Los argumentos son variados y puede que hasta convincentes, según a quién escuches en cada momento pues cada parte tiene, supongo, su trozo de verdad perfectamente defendible.

Recientemente he escuchado la noticia de que se quiere ampliar la línea de cercanías Renfe hasta Marbella, lo cual no le vendría en absoluto mal a nuestro turismo, siempre creciendo y siempre en busca de nuevas metas y horizontes. Sobra decir que no estoy informado de nada más que de lo que dice la prensa con lo que mi opinión puede ser tan válida como la de cualquiera.

He de decir que tanto en el caso del metro como en el del tren de cercanías mi prioridad no es que vaya por debajo o por encima de la superficie ni que llegue a Marbella o a Tarifa. Supongo que a mí y a muchas otras personas lo que nos interesa es poder subir y bajar del vehículo en cuestión para poder trasladarnos de uno a otro lugar sin el mayor problema. Tengo que admitir que, de momento, el metro en nuestra ciudad no funciona y las líneas ya existentes de trenes de cercanías no son plenamente accesibles a personas con movilidad reducida.

Es digno de mencionar que, al tratar el caso del metro se me informara de su accesibilidad al cliente. Pero parece ser que las personas con diversidad funcional no podremos trabajar en ese medio de transporte porque no está dotado de aseos accesibles para personas con la movilidad reducida. Una vez más se comprueba que la persona con diversidad funcional es tratada como beneficiaria de un servicio pero no puede trabajar en él.

Todo lo cual me llevó a reflexionar sobre la accesibilidad de la página web de la compañía pública Renfe y, ya que estaba, sobre la página de las Cortes Generales. No es que yo esté muy ducho en estas lides, pero conozco gente que lo está. Bastó un total de cinco minutos de preguntas y respuestas para cerciorarme de que ni la una ni la otra son accesibles para personas con baja o nula visión o con problemas de oido.

La merma en la libertad de información en estos casos es bastante importante. Negar la libertad de movimientos dentro del propio país, región, provincia e incluso ciudad atenta profundamente los derechos humanos de un número importante de ciudadanos.