A la atención de Don Ignacio Tremiño.
Le escribo esta carta para recordarle la visión del FVID con respecto a la ley de adaptación a la normativa de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Afirmar que desde el Foro consideramos en su día que dicha norma era insuficiente lo podrá ver con sus propios ojos al leer la nota de prensa que entonces se emitió. La guinda la puso un Real Decreto de acompañamiento que destacaba por un artículo que se refería al PLABEN según el cual las personas con diversidad funcional podíamos ser evacuadas en igualdad de condiciones con los demás en caso de emergencia o catástrofe nuclear.
La Ley y ese Real Decreto parecían bromas de mal gusto y que con ellas se tocaba el punto más bajo respecto a las políticas relativas a nosotros. Pero por muy mala que fuera, esa herencia les tocaba cumplirla a ustedes desde el gobierno. Y entonces, desde su posición, alguien tuvo la feliz ocurrencia de hacer peor lo que ya era malo. En una política seguidista en este sentido, se obedecía una disposición adicional de la ley de agosto de 2.011, que daba el plazo de un año para la aprobación de la Ley general de Inclusión de las Personas con Discapacidad (LGD). Dentro de los plazos previstos y tras emitir una nueva nota de prensa relativa a la ineficacia de tal LGD me desplacé hasta Madrid y su despacho para comunicarle que el foro consideraba una pérdida de tiempo refundir tres Leyes en una sola Ley con leves tintes de Convención y actualizando un poco la nomenclatura.
En principio su parálisis resultaba más que molesta, puesto que iba a ser el supuesto gran aporte de este gobierno durante esta legislatura al mundo de la diversidad funcional. Total, cuatro más perdidos no iban a ser gran tragedia. Sin embargo, la LGD sigue durmiendo el sueño de los justos en el fondo de algún cajón, pero una vez transcurridos los dos primeros años de su mandato he perdido la cuenta de los recortes que nos afectan.
Y ayer para colmo me despierto y leo que dentro del proyecto de nuevo código penal se podrá encarcelar o vigilar de por vida a personas con trastornos en su salud mental presuponiendo que van a cometer algún delito que ponga en riesgo la integridad física de otra persona. Esta aberración contra las personas con diversidad mental es difícilmente superable, pero seguro que por el camino que van ustedes lo hacen.
Por supuesto cuando estábamos sentados en su despacho no me prometió otra cosa que trabajo. Sin embargo, un trabajo dirigido a la persecución de personas que no han hecho absolutamente nada me parece de una maldad demasiado fuerte. Nunca he sido amigo de teorías de conspiraciones, pero uno empieza a pensar que después de la diversidad mental que sufre un ataque desde la administración a la que usted pertenece, similares ataques se producirán contra todas las personas con diversidad funcional.