Denuncia que la rechazaron en la Escuela de Hostelería por tener un 38% de discapacidad

GALICIA. María Magdalena Gulías Castro tiene 34 años y es natural de O Grove

María Magdalena Gulías. // Muñiz [Clic para ampliar la imagen]

Camilo Gulías Castro, vecino de O Grove, da la voz de alarma y denuncia que su hermana, de 34 años y con un coeficiente de discapacidad de un 38% fue «discriminada» porque no la aceptaron como alumna de la escuela comarcal de hostelería de O Salnés, lo que supone «un atropello a sus derechos como mujer y minusválida«.

Ella, María Magdalena Gulías Castro, no sabía nada de la denuncia de su hermano, pero al conocerla la corroboró y mostró su preocupación, alegando que no sólo la rechazaron en la escuela taller comarcal que forma a camareros y cocineros, «sino que tampoco me dejaron entrar en el Obradoiro de Emprego del Concello de O Grove».

Sostienen los hermanos Gulías que la joven meca «fue descartada y discriminada en la Escuela de Hostelería por el hecho de ser discapacitada, tal y como así se hizo constar en la mesa de deliberación del tribunal, cuando algunos de sus miembros decían no explicarse cómo había podido llegar hasta esa fase del proceso de selección alguien con esa discapacidad».

El jurado, explica Camilo Gulías, incluso llegó a decir que la aspirante a la plaza «sólo pretendía depender de los organismos públicos», lo cual, según los denunciantes, «es lamentable, y más teniendo en cuenta que se trata de una persona con discapacidad intelectual de un 38%».

Considera Camilo Gulías que tal circunstancia «no impide a mi hermana realizar las tareas de las que consta el obradoiro, a lo que se suma el haber sido rechazada por el Concello para el módulo de jardinería».

Camilo Gulías sostiene que su hermana «es una parada de larga duración y por tanto está en riesgo de exclusión social, por lo que continuamente está buscando empleo y siempre tiene actualizada su tarjeta de demandante».

Incluso dice que «fruto de su constancia», Magdalena Gulías «fue llamada en numerosas ocasiones por el Inem para realizar entrevistas de trabajo en el Concello de O Grove a las que siempre asistió puntualmente, con entusiasmo y con la esperanza de que alguien se solidarice con su situación y se le dé trabajo, dando cumplimiento también a las normativas que obligan a salvaguardar los derechos de los colectivos más desfavorecidos».

Sin embargo, «fue descartada hasta en siete ocasiones, y siempre de forma deliberada y sin explicaciones ni criterio objetivo alguno».

Medidas legales

Camilo Gulías, que anuncia la adopción de medidas legales para que se depuren responsabilidades «por no supervisar y custodiar este tipo de hechos y situaciones», remitió un escrito informando de todo lo acaecido tanto a la Consellería de Traballo como a la concejalía de Igualdade e Benestar.

En este sentido, «hay que lamentar lo poco que se hace y lo mucho que se quiere aparentar, pues recientemente se presentó un plan de igualdad municipal que, paradójicamente, ni siquiera menciona al colectivo de mujeres del que forma parte mi hermana».

El vecino grovense que alerta de lo ocurrido a su hermana apela a las leyes y normas de España y la Unión Europea que amparan a mujeres como María Magdalena Gulías Castro, que cuando ayer era preguntada por lo sucedido se mostraba dolida y resignada, insistiendo en que está en condiciones de trabajar y, lo más importante, es que quiere hacerlo. «Sólo pido un trabajo o formación para lograrlo», afirma.

9/07/2009. O Grove. AUTOR: Manuel Méndez. FOTO: Muñiz. FUENTE: FarodeVigo.es

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