Discapacitados denuncian por primera vez a un ayuntamiento por instalar escaleras mecánicas

EUSKADI. Los jueces admiten a trámite una demanda contra el Consistorio de Barakaldo, al que reclaman ascensores para garantizar la accesibilidad

Se llama Sendoa Quijada y tiene 22 años. Reside en Cruces y padece una grave enfermedad ósea -huesos de cristal- que le mantiene desde su infancia postrado en una silla de ruedas. A pocos metros de su portal, el Ayuntamiento de Barakaldo está a punto de inaugurar unas escaleras mecánicas que tienen como objetivo facilitar la vida a unos vecinos cansados de lidiar con las empinadas cuestas del barrio. Pero este joven estudiante universitario de Medicina no las podrá utilizar. Y no es el único. Hay otros discapacitados de la zona que tampoco se beneficiarán del proyecto. «Es muy triste que no hayan pensado en nosotros», lamenta.

El caso ha causado indignación en la Federación de Personas con Discapacidad Física de Vizcaya (Fekoor). Tanto es así que han interpuesto el primer pleito contra una administración local en Euskadi por «incumplir la normativa de accesibilidad» al instalar escaleras automáticas en lugar de ascensores o tapices móviles (rampas rodantes). En breve, Fekoor y el Consistorio de Barakaldo se verán las caras en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), que acaba de admitir a trámite el recurso. Los jueces deberán dirimir ahora si anulan la iniciativa urbanística o si, por el contrario, avalan la actuación municipal.

Cronología

Febrero: El Ayuntamiento de Barakaldo anuncia la instalación de las escaleras en La Inmaculada.

Mayo: La familia de Sendoa empieza a movilizarse. Recoge 9.000 firmas y el apoyo de la oposición.

Julio: Urbanismo amplía el proyecto con unas rampas fijas.

Septiembre: Los jueces admiten un recurso contra el Consistorio.

Para Fekoor, el asunto tiene una importancia «capital». Y es que no sólo está en juego «el futuro» y «los derechos» de Sendoa. La asociación también quiere poner fin en los juzgados a «la moda» que se ha instalado en muchas localidades vizcaínas de «mejorar» la accesibilidad mediante escaleras mecánicas. «Es un error, el 30% de la población no puede subirse a ellas», se queja Guillermo Treku, el abogado de la entidad. «Y no hablamos sólo de personas con sillas de ruedas, tampoco las familias con coches de niño o los que llevan muletas pueden apoyarse en ellas». A su juicio, estos dispositivos «marginan» a una parte de la sociedad, si no se aportan alternativas «factibles y razonables».

«La mejor solución»

Fekoor recomienda este dispositivo accesible [Clic para ampliar la imagen]

Las primeras escaleras mecánicas de Vizcaya comenzaron a funcionar en Ermua en 2003. Después llegaron nuevas iniciativas en Ortuella, Bilbao, Basauri, Sestao… En realidad, su proliferación ha sido imparable en el último lustro. Las últimas se instalan estos días en el barrio baracaldés de Burceña. En este contexto, Fekoor alaba la actuación de algunos ayuntamientos, como Getxo, Ondarroa o Santurtzi, que se han decantado por elevadores en sus actuaciones más recientes.

«En la mayoría de los casos -afirma el letrado-, el ascensor es la mejor solución. Pueden montar entre ocho y diez personas. Y no sólo sube, sino que también ayuda a bajar a los ciudadanos. Además, su coste y su mantenimiento resulta, muchas veces, más rentable que las escaleras, que al estar a la intemperie sufren un mayor número de averías y actos vandálicos», concluye. Treku tiene clara cuál será la doctrina de Fekoor en adelante: «Llevaremos a juicio a los ayuntamientos que, existiendo alternativas técnicas razonables, planteen proyectos que no sean legales y que discriminen a los discapacitados».

La asociación entiende que hay lugares, por sus características orográficas, que no pueden albergar ascensores o tapices rodantes. Ante esa realidad no tomarán ninguna medida judicial. «Es lo que pasa con las escaleras mecánicas que se están instalando ahora en Burceña: el lugar es tan intrincado que no hay otra salida», apunta Treku.

Al contrario sucede, según estima Fekoor, en el barrio de Sendoa Quijada, en el grupo La Inmaculada de Cruces. «Se podría haber tomado otra decisión mucho mejor y más justa», sostiene el letrado del colectivo de discapacitados. El Ayuntamiento de Barakaldo ha invertido un millón de euros en varios tramos de escaleras automáticas para salvar un desnivel de 30 metros. La obra, que se inaugurará aproximadamente en un mes, se anunció en febrero y ha contado con financiación del Plan E, que subvencionaba, entre otras propuestas, aquellas que permitieran eliminar barreras arquitectónicas. Después, en un clima de protesta por parte de los grupos municipales de la oposición y a la vista de las 9.000 firmas de apoyo recogidas por la familia de Sendoa, el Consistorio decidió incluir en el proyecto un sistema de rampas fijas en zig-zag, con un coste adicional de 300.000 euros. «Esto no soluciona nada», advirtió el joven afectado.

Para el director de Urbanismo del Ayuntamiento, Pedro Jáuregui, las escaleras mecánicas son «la única alternativa». «Meter un ascensor sería un pegote y resultaría costosísimo. Tampoco se pueden emplear tapices rodantes, porque no hay sitio para la maquinaria. Sería absurdo», insiste. A su juicio, la solución adoptada cuenta «con el respaldo del barrio». «Nuestra obligación es satisfacer con el menor gasto de dinero público posible al mayor número de ciudadanos». El conflicto está servido y es ahora el Tribunal Superior el que tiene la última palabra.

Bilbao, 4/10/2009. AUTOR: Josu García. FOTOS: M. López – I. O.
FUENTE: ElCorreoDigital.es