Llegó el deshielo y una avanzadilla de la partida de cascaos que el pasado verano me transmitía su cabreo por el estado del paso peatonal sobre el “Barranc del Carraixet” , junto a la “Ermita dels Peixets”, me comunicaba gozosa que se había reformado la pasarela peatonal. En esta ocasión, a la vista del informe del explorador, la partida la compusieron 4 cascaos de caballería mecanizada (silla de ruedas eléctrica) y una sherpa (persona de apoyo y empuje). La paridad de sexos también se mantuvo.
Me atribuían el merito por la realización de la obra, cuestión que les manifesté por la que no me correspondía merito alguno, puesto que las obras llevan un procedimiento administrativo que tarda un tiempo en materializarse.
El caso es que puede que no estuviera planificado y que dado que la administración valenciana es la más eficiente, como ha demostrado tantas veces, la pasarela se ejecutara en tan poco tiempo. Ejemplo de lo dicho es el circuito de Formula 1 o el puente giratorio sobre el canal de la dársena del puerto. El circuito fue el sueño de alguien una noche de julio y en un visto y no visto: se materializó el diseño, redactó un proyecto técnico, se tramitaron las autorizaciones municipales, estudios de impacto ambiental, se presupuestó y habilitó crédito, se sacó a concurso, adjudicó la obra y se realizó. Todo ello en 8 meses.
Pero la felicidad no es completa. Tal fue la alegría que rompieron la hucha y decidieron festejarlo yendo a un local de la Plaza del Cedro, porque es zona de marcha y si los universitarios van allí es porque no pueden ir a zonas más caras. Y aquí vino el mosqueo.
Conforme se acercaban al local de referencia la vista se les alegraba, porque en la proximidad del local había un aparcamiento reservado para personas con movilidad reducida, al lado de la entrada a un parking con el correspondiente vado de entrada para vehículos. Pero…. resultó que no se podía acceder al local porque la entrada al mismo se encontraba en la zona recayente al parking y estaba sobre elevada con un escalón de 15 cm sobre la acera, a lo largo de los 30 metros que separan los edificios recayentes a ese espacio peatonal.
Total, que me han hecho llegar las fotos del “altiplano de la Plaza del Cedro” diciendo que lo apañe, que a mí me hacen caso cuando reclamo. He tenido que confesarles que no es cierto, que hace 5 años presenté un escrito al Ayuntamiento denunciando que en la Plaza de la Virgen había abierto un establecimiento, Café & Te, en el edificio en que se apoyaban los enganches del toldo la Gereperudeta, que incumplía la legalidad en materia de accesibilidad al presentar dos escalones en la entrada. De todas formas yo, hombre de fe he presentado escrito de reclamación al Ayuntamiento. Por cierto, que digo que soy hombre de fe, porque fe es creer en lo que no se ve.
Mi amigo Justo dice que en estas cosas hay prevaricación y cohecho, por parte de los funcionarios y autoridades responsables por no actuar. Marcial dice que esto ocurre porque se unta al personal, pero yo creo que más bien es por desidia y poco futuro le veo a que lo de la Plaza del Cedro se resuelva. Y lo de la Plaza de la Virgen, a escasos 40 metros del Palau de Generalitat y 100 de las Corts, como no obre un milagro la Geperudeta se queda como está. ¿O no?
Valencia, 30 de marzo de 2014
Acerca del Autor Vicente Valero
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