El DJ, la discoteca y los diversos con parálisis cerebral

El día 2 de Agosto, en su edición impresa, leí en El Ideal de Granada que en una discoteca de Almuñécar, el DJ había expulsado del lugar a un grupo de personas con parálisis cerebral que habían ido allí a tomarse un refresco. Aunque cada verano desde hace tiempo vengo leyendo historias similares (un año fue un grupo de personas con síndrome de Down, otro fue un grupo de personas ciegas) este año el remate final fue el burdo argumento que utilizó el pinchadiscos. Más o menos, el tipo venía a decir que él nunca haría algo así porque el mismo era una persona anormal. Es cierto, pues tiene un brazo más corto que el otro. De hecho tiene reconocido un 58 por ciento de discapacidad.

Enseguida se me vino a la cabeza la canción de Mecano de “mujer contra mujer”, a continuación un poco más reposado recordé los esclavos negros en las plantaciones de algodón de sus dueños americanos y las perrerías que les hacían a los otros esclavos. Por último se me vino a la memoria la película El Pianista y cómo los capos judíos aporreaban al resto de los de su raza. Sinceramente no creo que los capataces negros dijeran “yo también soy negro, así que es impensable que le produzca algún daño a mis congéneres”.

Al final va a ser verdad aquello que dijo por primera vez Plauto de “homo homini lupus” (el hombre es un lobo para el hombre), y que ha llegado hasta nuestros días. ¿Acaso el ser humano no ha hecho y hace auténticas barrabasadas contra otros seres de su misma especie a lo largo de la historia sin poder escudarse en estúpidas sinrazones? Basta mirar cualquier libro de historia o encender el televisor cada mañana o leer el periódico todos los días para darse cuenta de que, no sé si de modo innato o adquirido, realizamos estas acciones.

Este tipo de sucesos aparece más en la prensa en verano, pero el odio hacia la diferencia y la similitud suceden tanto en verano como en el resto de las estaciones del año. Por mucho que busque en mi interior no le encuentro explicación a muchas de las actuaciones de aquellas personas que no ven o no quieren ver que la diversidad humana constituye una riqueza frente a la pobre homogeneidad que parece ser lo que pretenden conseguir. Como se suele escuchar, no hay mayor ciego que el que no quiere mirar.

Precisamente la Marcha que tendrá lugar el 13 de Septiembre a las 6 de la tarde en la calle Atocha de Madrid se organiza un poco para ver a los anormales, acercarse a ellos, tocarles si se dejan o incluso participar en ella reclamando unos derechos a una vida digna que se les niegan desde siempre. Por octavo año consecutivo, un grupete de personas venidas desde todas las partes de España nos congregamos para hacer ver que existimos y, pese a quien pese, seguiremos existiendo siempre.

Tras este espacio publicitario patrocinado por el Foro de Vida Independiente y Divertad, regreso a mis disquisiciones acerca del odio entre los semejantes. Lo que yo me pregunto casi continuamente es quién o qué fomenta y promueve la discriminación y la segregación de las personas anormales. Y tengo bien claro que no es tanto una cuestión económica como una de poder, entendido este como influencia política, capacidad para cambiar cosas o mantenerlas como están, y otras pamplinas.

Finalmente tengo que afirmar que una forma de violencia sutil pero muy efectiva es la indiferencia y la omisión. Por favor, no permitan que la dejadez, el adocenamiento o la comodidad se adueñen de su voluntad causando daños irreparables.