– 28 de junio de 2009 –
A las 14,07 del 24 de junio el mundo cambió de base. Entró un correo en muchos ordenadores diciendo que Manuel Lobato se había largado a otra dimensión. El Foro de Vida Independiente no es un lugar donde la parca nos resulte extraña, de sobra la conocemos, porque cada dos por tres se nos lleva a un compañero; a la memoria me vienen: Kika, Marcos, Alicia Grueso, Vicente Saez, Eduardo Hernaz, no recuerdo otros nombres pero me consta que alguno de la otra orilla y de arriba de los Pirineos hay. Tenemos la certeza de que además muchos de los que un día desaparecieron del foro fue porque su envase caducó.
En el foro no hay jerarquías y el primero que no las admitía era Manolo, porque entendía que limitaban el principio de la filosofía de Vida Independiente: El derecho a tomar decisiones sobre su vida y equivocarse. No vale escudarse en que si algo no funciona es responsabilidad de una directiva o un representante, cada palo debe aguantar su vela. Pero pese a no haber jerarquías lo cierto es que a Manolo se le puede comparar a Moisés, porque emprendió viaje a una tierra a la que sabía no iba a llegar y le siguió mucha gente; quizá otra persona a la que comparar sea Aníbal, que siendo imposible cruzó los Pirineos y los Alpes con elefantes, para plantarse a las puertas de Roma, donde tampoco entró. Lo importante debe ser el viaje.
Quizá como aquel negro que tuvo un sueño y lo contó en una explanada a una peña de personas, la noche del 12 al 13 de septiembre de 2006 algo profético soñaste tirado en el suelo de la sede del IMSERSO, conectado a un respirador, con el que habías entrado armado para perpetrar un encierro y acabaste siendo secuestrado por una administración que, una vez más, discriminaba y vejaba. ¡De que manera vejaba! No se os aplicó el régimen penitenciario, ni el Convenio de Ginebra para los presos de guerra, se os aplicó el régimen residencial porque os habíais metido en el imperio de las batas blancas.
Hay constancia fotográfica de los hechos porque aunque en un principio la administración dijo que a las 20 horas cortarían la electricidad del edificio, la denuncia desesperada a los medios de comunicación y el interés de algún Diputado del Congreso hizo que la electricidad no se cortara. Es más, las luces se dejaron encendidas toda la noche, el aire acondicionado se puso a temperatura de zona de congelados de supermercado y no he logrado saber si marchas militares en el hilo musical es lo que sonó toda la noche. Se salió de aquella Prisión de Abu Ghraib, en gran parte por ti, sin bajas, y soldado que huye vale para otra batalla. Si tu hubieras votado quedarte el Estado hubiera caído en la sima de la indignidad, otros con mayores limitaciones estaban dispuestos a prolongar el martirio y la alta consideración en que tenían movió 19 voluntades.
La gravedad de lo ocurrido en el “Sitio del IMSERSO” no es una apreciación gratuita mía, el Diario de Sesiones del Congreso lo recoge para la historia: “Lo hacen después de haber vivido entre todos el lamentable espectáculo que se dio en el Imserso con el encierro de los miembros del Foro de Vida Independiente, maltratados por la Administración General del Estado en ese encierro; difícilmente justificable desde una opción progresista.”
Acabo de enterarme que tu cuerpo ha sido incinerado. Eso es ser consecuente con la filosofía de Vida independiente hasta sus últimas consecuencias, después de la muerte te niegas a ser institucionalizado en un cementerio. La próxima vez que enferme de mis mocos ya no llamarás para preguntarle a Maribel como estoy, ni a mí cuando regrese a casa para decirme: “Eh tronco, cómo estas” y luego hablar de nuestras princesas. Recuerdo cuando me decías a finales de un noviembre que echabas mucho de menos a Marta, porque hacía casi dos meses que se había ido a estudiar el bachillerato internacional a una nevera oscura, otro año que la habías visto de pasada porque se había ido al otro lado del charco con una amiga.
Ahora la has vuelto a liar. Cuando la carretera engrosa día a día las huestes de la diversidad funcional, a ti se te lleva. Cuando el mundo está, dicen, en crisis tú vas y la aumentas. Sabias que de ti dependían muchos puestos de trabajo: médicos de varias especialidades, valoradores, medidores, pesadores y tasadores de nuestra diversidad, enfermeras, celadores, auxiliares de clínica, asistentes personales, trabajadores sociales, técnicos en discapacidad, terapeutas, administrativos de nada, rehabilitadores de habilidades que nunca hemos tenido, representantes que poco te representaban, trabajadores de ortopedias, … Hay mucha gente que dependía de ti y que va a engrosar las huestes del paro. Así no hay manera de que salgan de la crisis y digo salgan porque los cascaos no conocemos otra cosa.
Lo bueno de que hayas cambiado de orilla es que este año, el 12 S, podrás estar en la III Marcha en las calles de Madrid y conmigo en el ordenador al mismo tiempo, si no me voy antes contigo. Ahora, enjugo la última lagrima y me aplico a lo que tú decías: “Espero que disfrutemos con todo esto (cosa que es fundamental y prioritaria)”
. A disfrutar.
Valencia, 28 de junio de 2009
Acerca del Autor Vicente Valero
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