Los alumnos discapacitados de EE.UU. sufren más castigos físicos, según un informe

EE.UU Los alumnos con discapacidades de las escuelas de Estados Unidos sufren castigos físicos en mayor proporción que el resto de sus compañeros de aula, denunciaron hoy dos organizaciones de derechos humanos, que reclaman la prohibición de estas prácticas.

Human Rights Watch (HRW) y la American Civil Liberties Union (ACLU) difundieron hoy un informe que afirma que el empleo de métodos disciplinarios de carácter físico incluso puede agravar las dolencias de los menores y socavar su educación.

Por ello, las dos entidades piden en las 70 páginas del informe que se ponga fin a esta práctica en los 20 estados de Estados Unidos en los que los castigos corporales en las aulas son legales.

«De entrada, los estudiantes con discapacidades ya afrontan una situación extraordinaria, y ser golpeado por el maestro la agrava», dijo en un comunicado una de las autoras del informe, Alice Farmer.

Resaltó que «los castigos corporales son un abuso, se mire como se mire, y violan el derecho de los alumnos a una educación decente».

El informe titulado «Daño a la educación: castigos corporales a alumnos con discapacidades en las escuelas públicas» basa su denuncia en unas 200 entrevistas y análisis de datos estadísticos.

Según estos últimos, los niños discapacitados son un 13,7 por ciento del alumnado de las escuelas públicas y, sin embargo, representaron el 18,8 por ciento de quienes fueron objeto de castigos físicos durante el curso 2006-2007.

Al menos 41.972 alumnos con discapacidades sufrieron ese tipo de castigos en las escuelas públicas estadounidenses durante ese curso, aunque HRW y la ACLU temen que esa cifra sea mayor, porque normalmente no se informa de todos los incidentes.

El castigo corporal más común es el uso de una tabla de madera para golpear las nalgas del menor, aunque también se producen bofetones, pellizcos y empujones.

En ciertas ocasiones, según el documento, los alumnos fueron castigados por actos relacionados con sus discapacidades.

Algunos padres de menores autistas denunciaron que los castigos agravaron la dolencia de sus hijos o que se volvieron más agresivos tras esa experiencia.

«La violencia física no es efectiva, viola los derechos de los niños y es especialmente grave cuando se emplea contra discapacitados», subrayó Farmer.

HRW y la ACLU recordaron que el castigo físico viola las normas de derechos humanos internacionales, que limitan su uso a situaciones en que un alumno puede ser un peligro para los demás.

Asimismo, recordaron que Estados Unidos firmó la semana pasada la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas discapacitadas.

Nueva York, 10/08/09. FUENTE: Agencia EFE