Después de la jornada electoral de mayo “la vida sigue igual” . Hace poco divagaba en un escrito sobre el esperpéntico voto de los cascaos y la observancia de la legalidad por parte de las administraciones que velan por el proceso electoral.
El caso es que, como yo decía que habían dos maneras de votar cuando los locales electorales eran inaccesibles: procesionando la urna o las papeletas , un amigo, porque hay que serlo para leer lo que escribo, y más si se trata de un informe técnico sobre accesibilidad en el proceso electoral, me trajo a la tertulia casqueril un recorte de prensa enmarcado. Se trataba de un pedazo de una noticia de periódico. Días antes me envió un correo que decía: “Viendo la lista de los concejales de la formación Ahora Madrid, aparece un ciudadano diverso que casualmente no ha podido votar como todo el mundo en estas últimas elecciones. Ahora nada más y nada menos que es concejal, esperemos que al menos se acuerde de lo nuestro y lo suyo, y yo me he acordado de ti nada más leer sus declaraciones.”
El tal recorte decía: » ‘Habrá que estudiar los problemas de accesibilidad de esta ciudad’, comentó Pablo Soto el domingo a las puertas del colegio Nuestra Señora de la Paz, en el barrio de Pacífico, cuando no pudo entrar con su silla de ruedas en el edificio para votar porque carecía de rampa de acceso. Una de las componentes de su mesa tuvo que salir fuera a coger el sobre del, desde el 24-M, concejal electo de Ahora Madrid.”
Un tertuliano comentó: “estos de PODEMOS con tal de armar el número”, contesté que evidentemente no era de PODEMOS, en todo caso será de. NO PODEMOS. Justo dijo que igual era un “vertical” camuflado, porque a los políticos les va eso de subirse a la silla de ruedas después de convocar a la prensa para el paseo para comprobar en primera persona las bondades del ámbito urbano. En época de celo electoral se agudiza la epidemia. Pero yo creo que en cuanto se levantan de la silla se les olvida la experiencia, porque de lo contrario se verían técnicos municipales de urbanismo colgados en los árboles de todos los parques.
No pensaba reiterarme con escritos sobre la accesibilidad de los colegios electorales, casi he perdido la fe en que las próximas votaciones se celebraran en locales que cumplan ESCRUPULOSAMENTE las normativas de accesibilidad de todas y cada una de las Españas (CCAA). Pero mira tú por dónde una noticia ha hecho que me dé el punto. En el pueblo de personas allegadas un cascao ha convencido a unos concejales recién estrenados a darse un paseíto sin levantar el culo de una silla de ruedas y el resultado, con soporte fotográfico, lo han colgado en facebook.
Como la curiosidad me puede, he visto las fotos y he dejado un comentario: “Esto pasa por no tener el ayuntamiento ningún arquitecto ni departamento de urbanismo” . Al cuarto de hora me entra un correo diciendo que sí que hay arquitecto, aparejador y delegación de urbanismo, me lo asegura porque pidió una licencia de obra y pagó una tasa. He estado tentado de hacer otro comentario diciendo: “Y si hay arquitecto y departamento de urbanismo que lo quiten y ese gasto se dedica a pagar deuda municipal” .
Sobre el asunto ya me he manifestado demasiadas veces, me limito ahora a reproducir unos párrafos de un artículo de hace un par de años :
En el caso de las rampas yo, desde tiempo inmemorial, vengo diciendo que el día que una rampa esté mal hecha y el arquitecto de la administración (municipal, estatal o autonómica) diga que no es conforme y el constructor tenga que rehacerla a su costa, ya verás lo que se fija en que cumple la pendiente y se ajusta al proyecto. Y de paso ya verás cómo se esfuerza para explicarle al albañil que si la hace mal le va a tocar repetirla sin cobrar. Lo jodido es que mi amigo Justo me dijo que el que más apretaba era el político para que la obra se pudiera inaugurar y sacarse la foto; vamos, que el apretado era el técnico de turno, que carga con la responsabilidad de por vida mientras que a saber donde estará el político cuando haya una sentencia condenatoria
Y pensar que el capítulo de infracciones y sanciones por incumplimiento de la Ley 1/98 de Accesibilidad y Supresión de Barreras Arquitectónicas, Urbanísticas y de la Comunicación; y disposiciones que lo desarrollan está virgen. Que una obra está diseñada sin cumplir la normativa, visado al canto y “palante” , que en la ejecución de la obra los obreros acaban una rampa con un escalón de “a palmo” , pues unas cervecitas y todos tan amigos; que llega el momento de recepcionar la obra y una rampa tiene más pendiente que los toboganes del parque, pues firmita de conforme y se paga. Conclusión: ya está asegurado trabajo de eliminación de barreras para el futuro. Paga el contribuyente… y repaga.
No sé porque me ha venido a la perola que en las europeas del año pasado hubo una candidata que se estropeó y hizo la campaña electoral sentadita en una silla de ruedas. Juró y perjuró que en cuanto llegara a Europa se iba a interesar por la accesibilidad. No cabe duda, ya se ha levantado y los compañeros de partido que empujaron la silla y se partieron el cobre con la falta de accesibilidad deben tratarse la amnesia, porque podría ser síntoma de una enfermedad que también afecta a los políticos aunque hayan sido Presidentes de Gobierno, Autonomía o padre de la Constitución. ¡¡Leche!! Se me ha olvidado de que partido era la candidata de la silla.
Valencia, 12 de julio de 2015
Acerca del Autor Vicente Valero
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