QUIERO UNA MUERTE DIGNA DESPUÉS DE UNA VIDA DIGNA

He leído y he visto vídeos sobre el hombre que ha ayudado a morir a su mujer, Ángel y M. José. He estado más de media hora (y porque he parado) leyendo comentarios con el hashtag #muertedigna y menos de un minuto he tardado en leer los que había con #vidadigna. Noto las cervicales cerradas, presión en la frente, la garganta oprimida y nervio al estómago. Pienso que ahora no me saldría casi la voz.

Desde el día 3 de abril que pasó la muerte, escucho las personas hablar de cómo también querrían morir, no vivir así. Opinan a favor de la legalización de la eutanasia. Estoy de acuerdo y apoyo el derecho de morir cuando cada persona decida, pero todas las personas. Quiero una ley donde cualquiera persona pueda elegir cuando y como se muere, esté en las condiciones que esté. Sí, también quien esté sano.

Sé que muchas mentes no entenderán como puedo pedir esto, que personas sanas pidan una muerte digna. Ya se encarga el sistema que mientras seas productivo no pienses en morirte y que la sociedad no perciba como normal que alguien pida morirse si todavía puede trabajar (cobrando o no).

¿Por qué una persona que quiere morirse, y puede hacerlo por sus propios medios, hace falta que se eche por un puente, tome sobredosis de pastillas o se corte las venas, sufriendo dolor, ansiedad y con riesgo de no matarse? ¿Por qué en estas situaciones pensamos que hay que ayudarlos a tener una vida digna y con las personas con diversidad funcional no?

Si yo llego a tener dolor o sufrimiento que considero insoportables (esto solo lo puedo valorar yo, no puede medirlo una ley o el personal sanitario) quiero tener la opción de morirme cuando yo quiera, sin dolor y con la seguridad que me moriré.

En el caso de M. José las noticias explican que hacía treinta que sufría de esclerosis múltiple, que era debe años dependiente de su marido, pero en ninguna noticia he leído si tenían o no apoyo de la administración. Querría haber leído qué apoyos humanos tenían, cuántas horas, si eran suficientes para llevar a cabo las decisiones de ella, y de los dos como pareja. Si tenían carencia de ayudas técnicas o de adaptación de la vivienda, si habían gastado dinero de su bolsillo para cubrir sus necesidades, etc. Este discurso es el que he echado de menos, el de crítica al sistema donde sobrevivimos, que también hace que no tengamos una vida digna y no solo por el dolor. Un sistema que provoca que ni siquiera podamos imaginar que podemos vivir aunque no tengamos movilidad, voz o ritmo de pensamiento normalizado.

La pareja de M. José, en el video que graba antes de darle la bebida que le causará la muerte, dice: “yo te voy a prestar mis manos, tú no puedes, te voy a prestar mis manos”. Hace décadas que pedimos esto, simplemente y sencillamente que nuestras decisiones se lleven a cabo, con los apoyos necesarios, que podamos elegir.

Me gustaría que igual que #muertedigna ha sido tendencia a Twitter, y una gran mayoría ha tenido empatía, que también critiquéis las decisiones del sistema y apoyáis a las personas con diversidad funcional cuando reclamamos elegir el momento de mear y cagar y no hacerlo en un pañal, cuando queremos decidir qué comer y a qué hora, cuando exigimos vivir en casa nuestra y no a una residencia, cuando reivindicamos que la administración sufrague asistencia personal 24 horas, cuando queremos ir a la escuela con el resto de nuestra quinta, al colegio ordinario de nuestro barrio.

No tenemos ni muerte ni vida digna; la poca que tenemos nos la proporcionan las familias, en este caso incluso ayudando a morir (ahora un hombre, pero normalmente son las mujeres las encargadas de los cuidados) porque la administración y los gobiernos no tienen coraje, prácticamente solo piensan en votos y en estrategias de partidos, continúan sin dar el paso por el cambio a una gobernanza comunitaria y equitativa.

Los cuidados no remunerados (el esclavismo de las mujeres) benefician el sistema patriarcal, capitalista y religioso, por eso no se regula ni la vida ni la muerte digna.

Si quereis y pedís una ley de eutanasia, hacedlo con mente abierta y sin discriminaciones por etiquetas sociales. #vidadigna

Rosa Conca Pérez
Técnica Superior en Promoción de Igualdad de Género
Activista por los Derechos Humanos de las Personas con Diversidad Funcional