Tenfe

Publicado en Levante el  04 de noviembre de 2007 en el apartado  Opinión.

A mediados de agosto le pedía públicamente a la Ministra de Fomento que no dimitiera y hay creo que existen más razones para que no lo haga. Una ley de 1982 consagró el derecho a que las personas con movilidad reducida nos desplazáramos por todo el territorio patrio, mandatando que en el plazo de dos años se promulgara el desarrollo normativo que definiría los parámetros de accesibilidad a los transportes públicos y establecía un plazo de 10 años para que todos fueran accesibles para todo el mundo.

Hoy que veo como miles de usuarios de los ferrocarriles de lejanías, al menos para las personas con movilidad reducida, se ven privados del uso de un transporte público me pongo a pensar en cómo se puede solucionar la cuestión. Y dándole vueltas al asunto he caído en la cuenta de que se puede de manera rápida y eficaz: por medio de una guía. Se publica una guía en base a un acuerdo entre el Ministerio de Fomento, TENFE y ADIF y en la guía se establece que para viajar en los trenes de lejanías de Barcelona se debe solicitar el servicio con 15 días de antelación, llamando a un teléfono de tarificación especial 908, dando los datos personales y presentandose con 30 minutos de antelación a la salida del tren en el servicio de atención al usuario.

Puede parecer que lo relatado con anterioridad se corresponde con la realidad de un país tercermundista, pero estoy relatando la realidad española. Las personas usuarias de sillas de ruedas e invidentes hemos sido segregados del tren por la vía de hecho. Hasta ahora, pese a las leyes que obligan a una accesibilidad para todos desde 1982, hemos venido viajando en tren gracias a la buena voluntad y solidaridad de los trabajadores ferroviarios y de los pasajeros, que han tirado de riñones para subirnos al tren, aunque luego hayamos tenido que viajar pasando frio o calor en la plataforma que se encuentra fuera del compartimento de viajeros. En otras ocasiones nos han ubicado en el vagón cafetería y allí, apretando la vejiga, con un pañal o sondados hemos viajado. Pero desde la publicación de una guía de servicios emitida a mediados de julio, los trabajadores ferroviarios no nos permiten acceder al tren si el origen y destino no cuentan con servicio de apoyo, y tampoco si los trenes no cuentan con espacios reservados para sillas de ruedas.

A día de hoy en Cataluña los usuarios de silla de ruedas e invidentes, por mor de la guía, solo podemos viajar entre las estaciones de: Sants, Francia, Camp de Tarragona, Figueres, Girona, L’Aldea Amposta, Lleida Pirineus, Reus y Tarragona. Las demás estaciones como si no existieran, han sido declaradas inaccesibles por ADIF/TENFE aunque cuenten con ascensor para el cruce subterráneo de andenes. Por lo que corresponde a Lejanías, solo la línea C1 cuenta con trenes CIVIA, a los que se puede acceder de forma autónoma, pero no en todas las estaciones, concretamente en 7 de las 30 que tiene la línea. Afortunadamente la suspensión de servicio en las líneas 2 y 10 no ha afectado a las personas con movilidad reducida.

Eso sí, tengo que reconocer que Cataluña está discriminada con respecto al resto de España, porque en las aéreas de lejanías de: Valencia, Bilbao, Cádiz, Málaga, Alicante/Murcia, San Sebastián y Santander, todavía no cuentan con ningún tren CIVIA en servicio y por tanto no tienen el problema de que se hayan puesto trenes accesibles antes de haber procedido a ajustar la altura de andenes a la normativa internacional que establece las medidas del cajón de vía en los trenes de cercanías. Y eso que con lo que cuesta 1 kilómetro de AVE se paga el recrecimiento de andenes de las 107 estaciones de lejanías de Barcelona.

Pero yo estoy contento, porque Fomento, TENFE y ADIF han descubierto que cuando no pueden prestar un servicio a los pasajeros entre estaciones de su competencia, procede poner un medio de transporte alternativo de manera gratuita. Y eso estoy seguro que en breve plazo se va a implantar para aquellos viajeros usuarios de silla de ruedas que se tengan que desplazar desde o hasta estaciones que ha declarado inaccesibles. Es decir, que si un viajero con movilidad reducida quiere viajar desde Sants a la estación de Altafulla, se le hará viajar hasta Tarragona y allí se le pondrá un medio de transporte accesible (taxi o furgoneta adaptada) para llevarle de manera gratuita a la estación de Altafulla.

Como soy hombre de fe estoy seguro que dentro de poco podré viajar en TENFE.

Valencia, 04 de noviembre de 2007