Y dos huevos duros

Dos noticias relacionadas con entregas de premios me han traído recuerdos a la memoria. Por un lado la respuesta de un compañero de trinchera al que pedí explicación por la entrega de un premio a un miembro del gobierno autonómico por la aprobación de una disposición que daba empleo en prácticas a una partida de cascaos físicos e intelectuales. Mi amigo me dijo que los premios a los políticos se daban por dos causas: alimentar su vanidad premiándole por cumplir su obligación y el otro motivo es dar el premio a cuenta de lo que se pretende conseguir. Yo le dije que si era preciso se diera una placa por cada puesto creado.

El más significativo de los premios a cuenta se produjo en 2009, un año después de ocupar la presidencia de las películas de indios y vaqueros, cuando se le entregó el Nobel de la Paz a un mulato a cuenta de lo que haría por la paz. Por cierto es el caso del primer hijo de padre negro y madre blanca al que se le atribuye ser el primer presidente negro de su país, cuando en realidad para mí que aun lo están esperando porque negro no es.

Ana Mato, ministra de sanidad [Clic para ampliar la imagen]

Pero volviendo a las noticias que me han impactado está la de la entrega, el pasado junio, de una medalla de la Alianza General de Pacientes a la Ministra de Sanidad, que la Ministra recogía porque “supone el reconocimiento a la labor del Ministerio en la mejora de la calidad de vida y la salud de los ciudadanos”. Que noche pasé, el remordimiento por mis escritos relativos al boticariazo no me dejó pegar ojo y por eso cuando al día siguiente acabaron con mi intendencia me picó la curiosidad de saber quién era la Alianza de Pacientes.

Al principio no entendía nada, la Alianza General de Pacientes estaba constituida por Asociaciones de enfermedades, de profesiones sanitarias y farmacéuticas y….. administraciones sanitarias autonómicas. Pude llegar a entender que pacientes fuéramos los usuarios de servicios sanitarios; los profesionales sanitarios por su reconocida paciencia con el funcionamiento del sistema; de los laboratorios por la paciencia que demuestran en el retraso de los pagos; lo que no alcanzo a comprender es lo que tienen de pacientes las administraciones sanitarias, lo juro.

Lo peor vino después, cuando rascando un poco comprobé que la tal Alianza General de Pacientes no existe como tal si no que es un cartel que figura en algún sitio de la Fundación de Ciencias del Medicamento y Productos Sanitarios. En definitiva la patronal farmacéutica.

Marcha SOS discapacidad [Clic para ampliar la imagen]

La otra noticia decía que Ban Ki Moon entregará a España el premio Roosevelt de derechos y discapacidad el próximo 9 de septiembre en Nueva York, que según la noticia es “considerado oficiosamente como el «Nobel» de la discapacidad”. Tardé en reaccionar, lo confieso. El caso es que el premio se concede “en reconocimiento a sus esfuerzos en favor de los derechos y la inclusión de las personas con discapacidad”. Lo que me turba es el hecho de que a la recogida del premio acudirán autoridades y el CERMI; no sé qué pintan las autoridades porque evidentemente si el premio en metálico se le da al CERMI es porque se reconocen los esfuerzos del colectivo casqueril a favor de los derechos y la inclusión. Nadie se cree que, después del informe de la Comisión de derechos humanos sobre el cumplimiento de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, se reconozca esfuerzo alguno a las autoridades españolas.

Y si no que se lo pregunten a quienes ven como se excluye a sus hijos de los centros de enseñanza para enviarlos a las reservas que son los centros de educación especial. O a quienes les han quitado prestaciones para atender a necesidades básicas, eso de la promoción de la dependencia y aniquilamiento de la autonomía personal. Y no te cuento la cantidad de personal de atención que lleva meses sin cobrar la nomina porque no pagan a los centros, de todo tipo, que en diciembre lanzaba un desesperado “SOS DISCAPACIDAD”.

Franklin Delano Roosevelt [Clic para ampliar la imagen]

Además, el tal Roosevelt fue presidente después de adquirir una buena polio a los 39 años, se pasaba la mayor parte del tiempo sentadito en una silla de ruedas, pero por aquel entonces la cuestión era disimularlo y por eso cuando en Yalta se reunió con Shurchill y Stalin se hicieron la foto sentaditos. Tengo el presentimiento de que mis amigos de las asociaciones de afectados por el síndrome postpolio organizaran un viaje para ver la entrega del premio y ver si las autoridades españolas se colocan para la foto. En fin, al CERMI se le conceden 50.000 dólares pero lo que me gustaría saber es cuánto va a costar el viaje y estancia de las autoridades. Igual en las Cortes lo cuentan.
En resumen, estoy a favor de que se entreguen premios y ¡¡ dos huevos duros !!.

Valencia, 22 de agosto de 2013

A Marita