No es muy difícil encontrar ejemplos de discriminación para una persona que intenta participar activamente en su comunidad con el apoyo de su asistente personal. Sin retroceder mucho en el tiempo, ayer intenté apuntarme a una piscina para hacer fisioterapia (la otra piscina de momento no me da mucho que fiar). Ya sé que las autoridades políticas vienen diciendo y seguirán haciéndolo que la asistencia personal es una profesión desconocida y poco demandada, pero no hacen mucho porque la situación cambie y mejore.
La verdad es que con un máximo (si NO tienes ingresos económicos y NO te puedes manejar en absoluto) de 735€ al mes para la contratación de esta persona de apoyo no se llega demasiado lejos, yo no recibo esa cantidad de dinero para la contratación de asistencia personal, y conozco gente que recibe mucho menos que yo con circunstancias similares a la mía. El lunes oí a una señora que recibía asistencia personal durante 20 horas al DÍA (de una región de Alemania) durante los 7 días a la semana. También oí a un señor de Suecia que recibe 18 horas al DÍA de asistencia personal (en el proyecto piloto que participo, recibo 40 horas a la semana de apoyo humano; imagine el improbable lector lo ojiplático que me quedé al escuchar a esta gente). Lo que aquí recibimos es una clara y descarada invitación a esclavizar a nuestros familiares o a ingresar “voluntariamente” en un centro residencial. Pero ese no es el punto de hoy, sino que toca escribir sobre lo que me pasó ayer.
Pues bien, llego a esta piscina a preguntar información. La información que recibo es la siguiente: existe una grúa para que yo pueda entrar en la piscina sin mayor inconveniente (eso me parece estupendo), existe una ducha con banqueta para personas que no nos tenemos en pie (eso me parece muy bien), la verdad es que el precio es un poco carillo, eso es un gran inconveniente. Pero a donde quiero llegar es a que para acceder a las instalaciones con mi asistente personal, necesito abonar mi cuota y también la suya, es decir que tengo que pagar un descuento de dos veces lo que paga cualquier ciudadano para hacer uso de esa piscina. Gran descuento, sin duda, todo un privilegio.
Otra vez será, pensaba cuando salí con el rabo entre las piernas del lugar. Siendo esto bastante malo, no es el único lugar dónde sucede, aunque también hay otros sitios que eximen de pago al asistente personal que acompaña al potencial usuario. Un caso en el que el asistente personal (o yo por él) tiene que abonar su entrada es al realizar un vuelo. Las líneas aéreas que yo conozco no se han dado cuenta de que en realidad no viaja el asistente personal más que para cumplir sus funciones laborales respecto al usuario de turno, por lo que en ese caso no debería pagar ningún billete, porque está trabajando. Lo mismo sucede en el cine, por poner otro ejemplo. Respecto a las piscinas, sería conveniente que unificaran o unificasen criterio porque en alguna el asistente personal no se ve obligado a abonar la entrada (principalmente me ayuda a mantener el equilibrio, a enjabonarme en la ducha o en el vestuario a la hora de vestirme) mientras que en otras, como la que acabo de mencionar, tiene que pagar su asistencia. No está bonito que un individuo tenga que pagar por trabajar. O eso me parece a mí. Se supone, en mi opinión, que el trabajador cobra por su labor, pero en esta ocasión no es el caso.
¿Cómo y quién desea que lo veamos todo positivo cuando no hacen unos y otros más que poner trabas a que desarrollemos nuestra vida independiente con los apoyos humanos o técnicos que necesitamos? Entiendo que este trabajo, el de asistente personal, es nuevo en España, está mal definido por la ley, peor entendido por la población y no está regulado en su totalidad por lo que cada cual hace de su capa un sayo. No estaría de más copiar, como un mal alumno, lo que hacen bien en otros sitios donde la asistencia personal existe desde tiempo atrás. Tampoco sobraría ocuparse un poco de las necesidades de un grupo oprimido desde hace tiempo, máxime cuando se trata de la minoría más abundante en todo el país y en todo el mundo.
Nota: Lo que necesitamos, como dije una vez, es lo que necesita todo el mundo: apoyos en momentos puntuales o más frecuentemente para estudiar, trabajar, formar una familia, tener acceso a la vivienda, salir de un mal periodo de nuestras vidas, viajar como todo hijo de vecino y demás. Lo que cambia es el tipo de apoyo, la necesidad es la misma. El apoyo (sea cual sea su naturaleza) sirve para apartar problemas que todos tenemos y desarrollarnos como personas que somos.