Al grito de “Nosotros somos los Desamparados” entraban en la Plaza de la Virgen de los Inocentes, Mártires y Desamparados, el pasado 9 de noviembre, los asistentes a la Marxa por la Visibilidad de la Diversidad Funcional. Días antes nos habíamos concentrado los afectados por un ERE aplicado en el programa de Fomento de la Atomía Personal, financiado por la Generalitat, que gestiona COCEMFE Valencia. Y días después finalizaba una manifestación convocada por el CERMI dentro de la movida SOS DISCAPACIDAD.
Ayer fue una beneficiaria de la ley de Promoción de la Autonomía Personal y atención a las personas en situación de dependencia (LEPAP), la que se encadenaba junto al Palau de la Generalitat en demanda de una reunión con el President de la Generalitat o la Consellera de Bienestar Social en demanda de un compromiso escrito que periodifique el pago de las prestaciones de la LEPAP.
Según la prensa, en un momento determinado, se convenió el que la encadenada sería atendida por la Consellera en la sede de la Conselleria y, a tal efecto, se envió un medio de transporte adaptado para el desplazamiento. Luego vino aquello de que Elvira declinó ir a la Conselleria y se plantó en que hablaría allí. Debieron entender los Honorables que el cargo no se podía rebajar a desplazarse donde se les exigía, con lo que contabilizamos una noche a la luna de Valencia en el mes de diciembre. Me llena de preocupación el que la encadenada manifieste que en el fin de semana no espera visita de los convocados, dando así a entender que no va a abandonar su postura.
Ante el frio panorama quiero manifestar que en nada menoscabaría la honorabilidad de los citados el acudir al lugar en que se encuentra la encadenada y a esta tampoco rebajaría su postura si, desencadenándose, acompañara al honorable que se presentara hasta un edificio de la Generalitat, el mismo Palau podría servir.
Llegados a este punto estoy convencido de que la encadenada está convencida de que se ha producido un retroceso en el cumplimiento de los derechos humanos de los cascaos, dirigiéndonos a los tiempos en que la Ley de Pobres exigía a estos estar confesados y comulgados para limosnear a la puerta de los templos. Por aquel entonces cualquier oprimido por las leyes de su país podía ser protegido por otra autoridad, fuese civil o religiosa; y es aquí cuando se me ha ocurrido el que la encadenada abandone por la noche el encadenamiento y se acoja a sagrado en la Basílica de los Inocentes, Mártires y Desamparados. Como decía al principio “nosotros somos los Desamparados, la Virgen es nuestra.
Cualquier cosa antes de repetir una noche como la de aquel 12S de 2006 cuando un grupo de activistas del Foro de Vida Independiente se encerraron en la sede del IMSERSO en demanda de cambios en lo que acabó siendo la actual LEPAP, que ha degenerado en la “Ley de Dependencia de la Divina Providencia”.
No podemos permitirnos el gasto de un levantamiento de cadáver a la sombra del Palau cuando la Consellera de los Inocentes, Mártires y Desamparados está reunida en su Basilica.
Valencia, 15 de diciembre de 2012
Acerca del Autor Vicente Valero
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