Parapícaros

El viernes me dormí sumido en la más profunda de las indignaciones. En el telediario de La 2 oí la noticia de que personas sin ningún tipo de discapacidad habían participado en las Parolimpiadas (me niego a usar el anacronismo discriminatorio de Paralimpiadas) en las pruebas destinadas a deficientes intelectuales.

Esta noticia debe ser prudentemente atendida y conviene informarse sobre la participación en las Parolimpiadas. Hasta esta edición los discapacitados físicos y sensoriales han venido compitiendo en eventos separados de los de los deficientes intelectuales, así en el 92 los Juegos Parolímpicos de físicos se disputaron en Barcelona (con las famosas 107 medallas) y los Juegos de Deficientes Intelectuales en Madrid, fechas despues (desconozco el número de metales conseguidos). Creo que en Atlanta los juegos tambien fueron separados y por tanto la primera vez que han competido juntos ha sido en Sydney, donde de hecho lo que creo que se ha producido es una absorción de los Juegos de los deficientes intelectuales en los Juegos Parolímpicos.

La representación española actuaba bajo el patrocinio del Comité Parolímpico Español, PCE, que integra a las cinco Federaciones de deportes de Minusválidos: Físicos, Invidentes, Paralíticos Cerebrales, Deficientes Intelectuales y Sordos. Si bien, los sordos jamás se han integrado en los Juegos Parolímpicos y por tanto, salvo que se me demuestre lo contrario, no participaron en Sydney.

La denuncia presentada por Ribagorda, se dirige a la representación española representativa de los deficientes intelectuales y en su artículo deja muy claro que en las representación de las demás minusvalias no había nada que objetar.

Centrado el tema en este punto, el de la representacion de los deficientes intelectuales dire, que durante la visión de los reportajes que La 2 ofreció diariamente a dispares horas de la madrugada durante la edición de los juegos, siempre me llamó la atención el hecho de que la comentarista de televisión, creo que es la misma persona que comentaba las pruebas de gismnasia rítmica en las pruebas olímpicas, decía refiriendose a los deficientes intelectuales algo así como: “Personas con deficiencia intelectual según los parámetros establecidos por la OMS”.

Lógicamente distinguir visualmente a un disminuido físico, un invidente o un paralítico cerebral es fácil. Pero distinguir en una competición deportiva quien es el más listo o el más tonto, no me parece tanto. Por tanto parece cierta una de las tesis sobre las que sustento mi forma de ver la vida y es que: las personas somos únicas e irrepetibles y que un cuerpo perfecto no se corresponde automáticamente con una inteligencia priviliegiada, ni por supuesto al contrario.

Llegados a este punto el hecho de que un periodista pueda introducirse en unas pruebas deportivas destinadas a deficientes intelectuales, parece de entrada improbable. No puede entenderse por ningún ciudadano el hecho de que un licenciado universitario pueda tener la condición de deficiente intelectual. Si bien yo personalmente no puedo extrañarme porque en tiempos fuí al mismo tiempo: universitario, becario y subnormal. Pero esa es otra historia que no merece comentario por cuanto la administración hizo desaparecer aquel
término genérico para clasificarnos por nuestro tipo de deficiencia.

He leído con interés todo lo publicado sobre el tema del asunto Ribagorda y no dudo de que la verdad saldrá adelante. Los responsables políticos deportivos lo han manifestado y además, las federaciones deportivas de físicos, invidentes, sordos y paralíticos cerebrales, trabajarán por que la verdad salga adelante. También deben hacerlo las asociaciones de disminuidos píquicos, que dia a dia luchan para que la integración de este colectivo sea una realidad.

Desconozco cual es el modo de clasificación de los deficientes intelectuales en competiciones deportivas. Por lo que he leído estos dias el requisito es tener un coeficiente intelectual inferior a 70 antes de los 18 años. Pero puede llegar a 85 para participar en pruebas deportivas internacionales. Ello hace que, en teoría, dado que para el ingreso en el ejercito español se ha rebajado el límite a un coeficiente de 70, una persona apta para ser soldado del ejercito español, sea considerada deficiente intelectual y por lo contado en la edición del sábado 26 en la entrevista realizada al godellero componente de la selección de baloncesto de deficientes intelectuales Torres, se puede ser universitario, ya que reconocia que: “algunos de sus compañeros de equipo son universitarios o licenciados”. ¡ Bendito país España, en el que los deficientes intelectuales son licenciados universitarios !.

No entiendo nada, o bien nos encontramos en el patio de Monipodio, rodeados de pícaros, y no hemos avanzado en lo moral desde que Cervantes, con una sola mano, nos contaba como gente sin escrúpulos y baja catadura moral, se hacian pasar por tontos o lisiados para mendigar, o bien los criterios para participar en competiciones deportivas para deficientes están establecidos para que participen lo que entre los disminuidos físicos llamamos : “minusválidos administrativos”.

El asunto me parece especialmente grave por cuanto si de ser cierto lo apuntado por Ribagorda, se ha jugado con el honor de miles de compañeros disminuidos psíquicos y con el esfuerzo, trabajo y sacrificio de sus familiares, que dia a dia realizan una labor que la sociedad y la administración están lejos de compensar.

Somos muchos los minusválidos que no estamos dispuestos a que derechos o prestaciones establecidas para minusválidos sean aprovechadas por desaprensivos que se benefician de medidas destinadas a nuestro colectivo, como son, a modo de ejemplo: el concejal de la provincia de Cádiz que se hizo la reforma de la cocina de su casa con dinero de una subvención para un centro de discapacitados; el más cercano del alcalde de Oliva que se compró un coche con descuento por minusvalía,comprándolo a nombre de un discapacitado; aquellos que utilizan la tarjeta de aparcamiento de sus familiares minusválidos para su uso particular y quitan plazas de aparcamiento a los legítimos destinatarios de dicha facilidad,…

Si Ribagorda miente, que el peso de la justicia caiga sobre él, aunque… bien pensado, si miente es un deficiente intelectual y, en ese caso, qué justicia se le puede aplicar a un incapaz. Pero si Ribagorda dice la verdad o, simplemente parte de lo apuntado por el es cierto, que se establezcan las medidas para que los Juegos Parolímpicos no se conviertan en Parapícaros.

Por cierto, si su historia es cierta y se ha colado en los Juegos sin tener la condición de minusválido, eso creo que es periodismo de investigación y este año no conozco ningún periodista con más méritos para el “Premio Pulitzer” español, si es que existe.

Valencia, 26 de noviembre de 2000

Vicente Valero Sanchis
Miembro de la Coordinadora de
Disminuidos Físicos de Valencia