Del 19 al 21 de junio se celebró en Barcelona el III Encuentro de la Red de Estudios de la Ciencia y la Tecnología del Estado Español (esCTS), un espacio interdisciplinario cuyo objetivo es poner en contacto a las personas que trabajan en el área de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología. Con el sugerente título de «¿Y si no me lo creo? Deshaciendo y rehaciendo mundos comunes» se quería cuestionar la tendencia productivista dentro la academia que condiciona fuertemente su actividad a índices bibliométricos, publicaciones de impacto y evaluaciones cuantitativas.
En la sesión de cierre sobre formas de «co-investigación» abordamos la producción y gestión de conocimiento en ámbitos «no formales» al margen de la academia o en colaboración con ésta. Concretamente, se estudió como el Foro de Vida Independiente y Divertad (FVID) ha generado (o está generando) redes de conocimiento emancipador.
El FVID es una comunidad virtual para la reflexión filosófica y la acción política en torno a la realidad de las personas con diversidad funcional. Desde la no estructura (sin estatutos, ni junta directiva, ni presupuesto, ni sede …) se autoorganiza por la vía de un anarquismo pragmático que fomenta la acción ciudadana directa. La manera de generar y compartir conocimiento podrían asimilarse, en cierta medida, a la investigación acción participativa y al aprendizaje servicio.
Para utilizar herramientas sociales tan complejas como la asistencia personal es necesario un buen «manual de instrucciones de uso». Aún más, hay que estimular el deseo de emancipación y la confianza en que tal estilo de vida es posible. Surge así la necesidad de articular una propuesta formativa para aquellas personas con diversidad funcional que, necesitando apoyos generalizados para las actividades cotidianas, queremos ejercer el derecho a una vida independiente, con plena participación social y en igualdad de oportunidades con el resto de la ciudadanía.
Pero ¿qué necesitamos aprender? ¿Cómo se nos debe enseñar? Las personas sin diversidad funcional aprenden a vivir de manera independiente viviendo de manera independiente, apoyándose en el marco referencial que constituye la experiencia similar de sus conocidos, familiares, amigos, personajes de ficción, etc. Las personas con diversidad funcional hemos vivido -cuando no se nos ha aniquilado- exquisitamente segregadas en instituciones o amorosamente arrinconadas en el cuidado de la familia, no tenemos un relato social denso y variado que facilite ese aprendizaje vital por el que transita el resto de la ciudadanía.
Hay que crear redes sociales de cooperación y autocapacitación mediante el apoyo entre iguales, en la que el conocimiento basado en la experiencia vital propia sea compartido en horizontal y no impuesto en vertical por «expertos» sin diversidad funcional. Esta vía emancipadora se puede estructurar en forma de aprendizaje servicio, y así ha sido nuestra experiencia en la Oficina de Vida Independiente de Barcelona con un proyecto de apoyo a la autogestión de la asistencia personal para hacer vida independiente desde 2006.
Si bien el aprendizaje servicio constituye una estrategia de acción muy potente para lograr la transformación social mediante la educación -cómo enseñar- , la creación de redes de conocimiento emancipador requiere completar la propuesta metodológica profundizando también en la generación misma de conocimientos -qué enseñar- . Hay que romper la relación de dependencia intelectual respecto al conocimiento establecido oficialmente, creando un nuevo saber que surja de la fusión del conocimiento científico con el que proviene de la experiencia vital propia mediante un proceso de diálogo crítico. Este enfoque es bastante asimilable a lo que se conoce como investigación acción participativa.
El aprendizaje servicio y la investigación acción participativa se complementan, matizan y enriquecen mutuamente para tejer redes de conocimiento emancipador, y este es un hecho que resulta interesante más allá del ámbito de la diversidad funcional. Las dos propuestas metodológicas comparten la necesidad de convertir los que eran «objetos de intervención» en «sujetos activos en la construcción y transformación de su propia realidad», facilitando el empoderamiento de los individuos y de los grupos oprimidos que les permita recuperar niveles de control y responsabilidad sobre la propia vida como elemento indispensable para su verdadera emancipación.
Como ejemplos de colaboración entre el FVID y la academia encontramos los citados en la página 31 del reciente artículo de Antonio Madrid «Nothing about us without us¡ El movimiento de vida independiente: Comprensión, acción y transformación democrática«, o la edición del libro «Deconstruyendo la dependencia. Propuestas para una vida independiente». Fuera del ámbito universitario, resulta especialmente interesante la experiencia compartida entre el FVID y la Agencia de Asuntos Precarios Todas aZien que culminó con la publicación de «Cojos y Precarias. Haciendo vidas que importan«.
La construcción de estas redes de conocimiento emancipador requiere establecer relaciones de partenariado y sinergias entre el mundo de la educación, poderes públicos, movimientos sociales, ONG’s y, en general, todos aquellos actores que asumen el compromiso de transformar una realidad social marcada por la injusta distribución de recursos y oportunidades para un ejercicio efectivo de todos los derechos humanos.
Las redes de conocimiento emancipador constituyen una propuesta para contribuir al desarrollo de una ciudadanía activa, responsable y comprometida con la justicia social. Pocos paradigmas como éste se fundamentan en principios, objetivos y métodos que respondan tan cuidadosamente a los retos para una educación de calidad en el siglo XXI que planteaba el informe de la UNESCO «Educación: hay un tesoro escondido dentro» (Delors, 1996): «aprender a ser, aprender a hacer, aprender a aprender, aprender a vivir juntos«.
I Siguiendo la definición de Marcela Gajardo es una"propuesta metodológica, inserta en una estrategia de acción definida, que involucra a los y las beneficiarias, en la producción de conocimientos. Persigue la transformación social, vista como totalidad y supone la necesaria articulación, de la investigación educación y acción".
II Según definición del Centro Promotor del Aprendizaje Servicio de Cataluña"es una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado en el que los participantes se forman trabajando sobre necesidades reales del entorno con el objetivo de mejorar".